28 de mayo de 2011

Francisco Juglar de Dios


Nacionalidad: Italia
Director: Roberto Rosellini
Produccion: Giuseppe Amato, Rizzoli Film, Cineriz
Guión: Basado en las Florecillas y Vida de fray Junípero
Escenografía: Roberto Rossellini, Federico Fellini, Fr. Felix Morion, Fr. Antonio Lisandrini
Música: Fr. Enrico Buondonno, Renzo Rossellini
Fotografía: Otello Martelli en blanco y negro
Año: 1950
Duración: 75 min.
Género: Drama religioso
Reparto: Aldo Fabrizi, Arabella Lemaitre, Fray Nazario Gerardi, y actores franciscanos, no profesionales


Argumento



"La cinta no es una biografía del Santo, sino once episodios entresacados de las Florecillas, en los que se manifiesta el espíritu de la reforma franciscana. En ella se ilustra un breve periodo de tiempo de la vida de la primera comunidad franciscana, desde el regreso de Francisco de Roma hasta la separación de los discípulos, enviados a predicar la palabra de Dios a todo el mundo; sirven como introducción al relato algunos cuadros que reproducen frescos de los siglos XIII y XIV sobre la vida de Francisco. Estos son los titulares de cada episodio: Rivotorto ocupado por un asno; La nueva casita de fray Junípero; Oración de Francisco y llegada de Juan el Simple; Elogio del hermano fuego; Admirable cena con la hermana Clara; Francisco besa al leproso; Un almuerzo para quince días; Caridad de fray Junípero; Nueva y terrible aventura del ingénuo Junípero; Dónde está la perfecta alegría; Muchos son los caminos del Señor." (cinematografo.it)



Comentarios


Once episodios de la vida de Francisco de Asís (1182-1226) extraídos de Las Florecillas y la vida de fray Junípero, algunos muy bellos por su autenticidad y por la fresca inspiración religiosa, otros algo forzados y de religiosidad demasiado oficial, pero, substancialmente, la adhesión del lenguaje fulminante roselliniano a la interpretación del franciscanismo, centrada en la sencillez, da resultados extraordinarios. Su mayor mérito es haber tratado las Florecillas como si fuesen episodios de "Paisà". (Morandini, 2001)

En coherencia con su manera de hacer cine, Rosellini tampoco utilizó actores profesinoales para su Francesco, con excepción de Aldo Frabrizi, che interpretaba a Nicolaio, el tirano de Viterbo, y Arabella Lemaitre, que interpretaba a Clara. Los demás personajes, empezando por Francisco, interpretado por fray Nazario Gerardi, eran todos religiosos. Y entre ellos estaba también monseñor Antonio Forte, que fue luego obispo de Avellino, y entonces era un joven fraile menor.

Con mons. Forte, hace algún tiempo tuve ocasión de hablar a propósito de esta experiencia suya singular, vivida en el reparto de "Francisco, juglar de Dios". Y lo que más me impactó de las reflexiones del alto prelado fue su referencia a la "franciscanidad" de Rossellini, el cual, más allá de sus convicciones religiosas personales, sentía una profunda admiración por Francisco de Asís, el único hombre al que reconocía una total adhesión al mensaje de amor dejado en herencia por Jesús.

Y en todo el relato cinematográfico se respira de verdad este extraordinario mensaje de fraternidad universal predicado por Francisco y vivido por los "fraticelli" con convicción, coherencia y, a menudo, también con ingenuidad. Todo eso trasluce en los varios episodios de la película, once en total, a través de los cuales la figura de fray Junípero, muchó más que la del seráfico padre, nos revela con convincente sencillez la gran lección del enunciado evangélico y el carácter del carisma franciscano, que es su más fiel realización. El mensaje que el director hace suyo es evidente: hay que redescubrir aquellos sentimientos de solidaridad y de igualdal que el mundo moderno parece haber perdido; y eso tiene que interesar a todos, a cada hombre, a cada criatura..., incluso a la más débil y desafortunada... (Gianni Virgadaula, S. Francesco nel Cinema,5. Rev. Francesco, il volto secolare, n. 6, 2003, p. 33. En italiano).

Tuvieron que pasar sólo unos pocos años, y la historia del cine se apuntaba en sus anales una de las películas más significativas inspiradas en la vida de San Francisco, aquel Francisco, juglar de Dios, que Roberto Rosellini rodó en 1950, en plena temporada del neorrealismo, mezclando la contemporaneidad de una crónica que se resentía aún, en su lenguaje terso y seco, de las heridas y laceraciones de la guerra, con la búsqueda animada por el análisis histórico. Puesto en escena por Federico Fellini y Brunello Rondi, el film de Rosellini se compone de una serie de anécdotas unidas entre sí por el tema de la santidad, entendida como deseo de sinceridad que lleva al anticonformismo, y con ello a la rebelión contra el mundo y a la sospecha de locura por parte de quien no llega a captar la revolución del mensaje franciscano. (Enzo Nata, "S. Francesco Patrono d'Italia", febr. 1999, p. 33).

Película rodada en 1950 por Rossellini y una de sus obras maestras históricas -citada, por otra parte, incluso en las enciclopedias-, Francisco, juglar de Dios es la historia de San Francisco de Asís, vista bajo la óptica del humanismo y del laicismo de Rossellini, que se basa (aún con la ayuda y colaboración de un fraile franciscano) en un análisis "racional" del franciscanismo, que trata de ser fiel a la regla franciscana, a su espíritu y mensaje de amor y de fraternidad universal. A través de los episodios de las Florecillas sale fuera una enseñanza "política" acerca de la importancia y la fuerza del amor: es ejemplar el episodio del encuentro de fray Junípero con el terrible tirano Nicolaio, donde triunfa la sencillez y el amor. Película que vale la pena ver y volver a ver.(Comentario en www.dooyoo.it).

Muchas películas religiosas son negocios turbios, hechos por personas religiosas. Francisco, juglar de Dios es una rara película religiosa. Carece de lecturas literarias y de cualquier otra cita. Está realizada por Rossellini y su título es Francisco, juglar de Dios. Por supuesto que hay un largo camino de aquí hasta el Diario di un prete di campagna.Hermano Sol, hermana Luna, de Zeffirelli, es más famosa: San Francisco hippy. Pero ha sido la mejor. Fue rodada, más o menos, en los mismos lugares, en Italia. Actúan no profesionales (Rosellini fue un neorrealista, por supuesto). Afortunadamente, un grupo de frailes interpreta... a un grupo de frailes que siguen a Francisco. En 75 rápidos minutos, Rossellini representa una serie de episodios: San Francisco encuentra a un leproso, un cocinero aprende por qué las obras, no las palabras, conquistan almas, etc. Hay una musiquilla y la verdad, cosa extraña, no dedica mucho tiempo a San Francisco. Él es un personaje aparte; lo que realmente interesa es la vida diaria y las lecciones de los frailes. Al final, Francisco envía a los frailes fuera, a predicar. Dan vueltas en círculo, caen y, a donde apuntan sus cabezas, ahí es donde van. La religión es un viaje, no una razón urgenta para convertir a otros. Esta cinta, nada insistente y extremadamente generosa, es seguramente una de las mejores películas religiosas jamás realizadas, llena de naturaleza y de gozo (Comentario de la web IMdB. En inglés).

Una película de gran armonía y belleza natural, este corto largometraje del célebre italiano neorrealista Roberto Rossellini es un poema hecho de gestos. Interpretada, con excepción de Aldo Fabrizi, por no profesionales (todos ellos son en la vida real frailes franciscanos), la película capta la pureza de los hermanos y sus deseos de vivir en armonía con la naturaleza. Más que los grandes temas de la película -hombre y naturaleza, Dios y el hombre, paz y desafío, amor y odio, generosidad y ambición-, Rossellini capta sensiblemente los movimientos expresivos de los frailes. Rossellini no nos presenta discursos ni nos pone a oir textos literarios. En vez de eso, vemos las manos y los rostros de esos frailes, su asombro, su paz, su sencillez. Cómo esos frailes son capaces de expresar tanto con sus ojos, así también Rossellini es capaz de transmitir volúmenes con una simple instantánea. (Comentario de tvguide.com/movies).


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